Coronavirus: Golpe de Estado Mundial

Alfredo J Ramos, amigo nuestro, editor y periodista, creó en 2009 su blog La posada del Sol de Medianoche, donde hasta la fecha ha publicado 2243 entradas.

Alfredo nos envió recientemente un artículo que le había llamado la atención. Nos pedía si podíamos darle nuestra opinión sobre su contenido. El artículo se titula Covid 19: Operación acordeón. Su autor es Jorge Sánchez de Castro @elunicparaiso.

A continuación, reproducimos la opinión que nos ha merecido este interesante trabajo. Creemos que, ambos -el artículo de Sánchez de Castro y nuestra opinión sobre su contenido- pueden merecer la atención de nuestros seguidores. Este es el texto, en estilo telegráfico, que le hicimos llegar a Alfredo.

  1. El artículo es, simplemente, brillante, en fondo y forma, más allá de que se comparta el punto de vista del autor o se disienta de él como nos ocurre a nosotros, en parte.
  2. Se trata, pues, de un artículo para guardar, como hemos hecho, junto con el agradecimiento a ti por habernos puesto en la pista de este trabajo.
  3. ¿En qué estamos de acuerdo con el autor y en qué discrepamos de él? Estamos de acuerdo en que «las grandes corporaciones internacionales, China, EE.UU. …» serán las grandes beneficiadas. Vamos, es que tinto y en el frasco, o como se diga para enfatizar una evidencia.
  4. Estamos en desacuerdo en que el “golpe de Estado mundial» sea el resultado de: 1 la voluntad (querer), 2 los medios (poder) y 3 la capacidad estratégica (saber) de alguien(es) concreto(s), con nombres y apellidos, reunidos durante un tiempo en un lugar determinado.
  5. Precisamente este punto es el que el autor -muestra de su honestidad intelectual- comienza por aclarar: «No pretendo expresar ni siquiera una hipótesis sobre las causas».
  6. Para ilustrar nuestra opinión sobre las causas que han originado la situación en que nos encontramos, recurrimos a dos pasajes que transcribimos para ti en lo que sigue.
  7. Primer pasaje: «Muchos grandes problemas de la ciencia de hoy parecen estar a la espera de que cierta pregunta obtenga respuesta (…) La pregunta es ésta: ¿Es el azar un producto de nuestra ignorancia o un derecho intrínseco de la naturaleza?» [Wagensberg, Jorge. Ideas sobre la complejidad del Mundo. Barcelona: Tusquets Editores. Marzo 1985, pág. 22].
  8. El Propio Jorge responde algo más adelante: «Sentenciemos solemnemente: sea el azar epistemológico (el azar con minúscula) el nombre que damos a nuestra ignorancia (…) y sea el azar ontológico (el Azar con mayúscula) una entidad metafísica que representa la contingencia pura que actúa ciegamente en el universo. El azar es concepto del conocimiento y el Azar lo es de las cosas y de lo sucesos en sí». [Ibídem, pág. 67] (Las negritas son nuestras).
  9. Lo anterior apareció editado en marzo de 1985. Un año y nueve meses después, en diciembre de 1986, la misma editorial publicó la obra colectiva Proceso al azar de la que fue editor el propio Jorge Wagensberg. En ella se recoge lo que aconteció en un encuentro celebrado en el Teatro-Museo Dalí de Figueres. El pasaje que sigue -el segundo de los prometidos- contiene la respuesta de Ilya Prigogine a la cuestión que nos ocupa.
  10. Acorralado, primero, por el propio Wagensberg (“¿Debemos, por el contrario, seguir buscando teorías más finas que destierren el azar incluso en tales situaciones?”); después por Salvador Pániker (“¿… admitiría usted que estos puntos de inestabilidad representan una ausencia total de cualquier tipo de ley natural?”) y, por último, por Jordi Flos (“… la emergencia de las innovaciones tiene lugar cuando la información finita no es suficiente para la predicción. Pero ¿por qué no hablar de azar?”), después de tamaño interrogatorio, decimos, el genial Prigogine acaba por confesarlo todo: «… puedo contestar abiertamente a su pregunta. Sí se puede hablar de azar (Azar, con mayúscula, diría Wagensberg); el azar se ha convertido en un elemento fundamental de la dinámica» [AA. VV. Proceso al azar. Barcelona: Tusquets Editores. Diciembre 1986, pp. 190-192].
  11. Primer resumen: ¿Que los chinos se van a quedar con el mundo?: de alguna forma, creemos que será así. ¿Que lo han, imaginado (pensamiento), anunciado (palabra) y ejecutado (obra)? Lo ponemos en duda. Porque la humanidad se comporta como un organismo vivo sujeto a las leyes inexorables de la termodinámica.
  12. Otra forma de concluir, de resumir lo que hemos venido a decir, es esta: Cuando las leyes por las que nos regíamos han quedado arrumbadas en un segundo plano, las sociedades humanas (que son una parte del Universo) pueden comportarse de forma autónoma, impredecible, y no por falta de conocimiento de los analistas, sino porque la naturaleza puede comportase de forma Azarosa.
  13. La gran pregunta ahora es esta: Si los procesos en curso son los que son (escribimos estas ideas confinados en una casa-refugio, como todo bicho viviente), si cuando amaine el temporal nos veremos regidos por un conjunto de leyes (económicas, políticas, sociales) que aún están en el horno, en fin, si esto está siendo y va a resolverse así, entonces, ¿qué importancia tiene que sepamos a ciencia cierta, o no sepamos con certeza, cómo se originó este pandemónium?
  14. Una primera respuesta que se nos alcanza es esta: Si sospechamos o creemos conocer con certeza cómo, cuándo, dónde y quiénes formaron el tornado en cuyo vórtice nos hallamos, entonces, actuaremos de un modo: mirando al pasado.
  15. Si, por el contrario, damos por cierto que ha sido una conjunción de fluctuaciones las que, autónomamente agigantadas, han dado al traste con la Tierra hasta hoy conocida, entonces, actuaremos de otra forma: mirando al futuro.
  16. Lo más probable -conjeturamos nosotros- es que actuemos en lo sucesivo mirando al pasado, es decir, buscando a los ‘culpables’ de nuestros males. Porque los seres humanos somos lo suficientemente orgullosos como para aceptar que no podemos comprender todo cuanto acontece hasta en el último rincón del mundo. Y es que, en verdad, nos seguimos creyendo no una parte de él, sino el mismísimo centro del universo.
  17. Opinamos, en suma, que deberíamos conducir mirando a través del parabrisas, y no por el retrovisor. Sí, deberíamos actuar de este modo, y hacerlo aceptando que el futuro será fruto no solo de nuestras ideas o de nuestras peroratas sino, sobre todo, de nuestros actos. Solo la congruencia entre pensamiento, palabra y obra nos llevará a buen puerto: una sociedad nunca perfecta y siempre en busca de un orden más equitativo.

Un saludo muy cordial.

Felipe Gómez-Pallete felipe.gpalleterivas@ccdemocraticas.net

Paz de Torres paz@ccdemocraticas.net

Asociación por la Calidad y Cultura Democráticas.

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