Economía y Política

Una de la causas que más ha contribuido a la monumental crisis social que atravesamos es la falta de entendimiento entre economía y política. Y uno de los factores que más está contribuyendo a enconar la situación es poner el acento en “el otro”, o bien para distanciarse de él (‘yo no soy político’ dirá el líder económico), o bien para hacerle culpable de lo que nos ocurre a nosotros. Y lo mismo, en sentido contrario.

Soy un firme convencido de la necesidad de tender puentes entre unos y otros. Pues la “sociedad civil”, cuando se entiende como una barrera de sacos terreros contra inundaciones o mareas políticas, no hace sino agravar la situación. Y es que declararse apolítico es un intento tan vano y sospechoso como el discurso político cuando se dirige contra los empresarios y el capitalismo de mercado. La sociedad occidental necesita con urgencia un enfoque que integre y no disgregue, preocupación que comparten las universidades de élite a un lado y otro del Atlántico.

La foto que encabeza estas líneas, firmada por David Fernández (EFE), la he tomado de la entrevista que Carlos Elordi Cué hizo al personaje del retrato, José Mújica, expresidente de Uruguay. Se publicó el mismo día en que escribía estas reflexiones para el promotor de un proyecto del que pronto oiremos hablar.

Reproduzco a continuación el siguiente pasaje:

P. ¿Le da miedo el populismo?

R. Me da miedo los sin partido, los que no responden a ninguna disciplina. Los partidos son el primer elemento de control que tienen los individuos. Se llame PP, socialismo, Podemos. Pero es algo colectivo. Pero ojo, si populismo es la lucha por elevar el nivel de vida de la gente o las políticas de igualdad, ese pecado lo pueden tener muchos. La frontera de eso es cuando las medidas que se toman paralizan a la economía, porque querés repartir tanto que al final quebrás el interés en el trabajo y la inversión. Si matás eso no tenés para repartir. Yo llamaría populismo a eso.

Puede decirse más alto pero no más claro. Sí, soy un firme convencido de construir puentes entre ambos mundos, y perseverar en ello hasta que unos y otros se sientan parte de un mismo proyecto: la igualdad como meta en un mundo intrínsecamente desigual.

Felipe Gómez-Pallete Rivas
Presidente de la Asociación por la Calidad y Cultura Democráticas

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