Hemos elegido el diálogo como forma de expresión de nuestro pensamiento sobre calidad y democracia. Imaginemos, pues, dos personas en disposición de escucharse y de aprender el uno del otro, como en ese espléndido retrato, El presidente y el cardenal, recientemente firmado por José María Martín Patino (dicho sea entre paréntesis, salvando las distancias y a modo de homenaje).
Nuestros dos personajes pactan de antemano cerrar a cal y canto sus respectivas zonas de confort intelectual, esa región del entendimiento en la que habitan las categorías que nos resultan familiares, lugares a través de los que tendemos a filtrar cómodamente todo cuanto nos dicen. Sobre todo, si lo que uno escucha son palabras (calidad, democracia) que cree dominar en todas sus acepciones. Nada de hacerse trampas; nuestros dos personajes están dispuesto a escucharse, no sólo a oírse.
El diálogo (imaginario) que se ‘reproduce’ a continuación está inspirado en diversas reuniones que (en verdad) se mantuvieron, a lo largo de los últimos 18 meses, con líderes y colaboradores de las siguientes organizaciones: Partido Popular, Partido Socialista Obrero Español, EQUO, Vecinos por Torrelodones, VOX, Casa Real, Congreso de los Diputados e Izquierda Unida.
Esto es lo que se dirán, sentados uno frente al otro, el miembro de la Asociación por la Calidad y Cultura Democráticas (ACCD) y el de una organización cualquiera (ORG) del tipo de las mencionadas, por ejemplo, un partido político:
ORG: Sí, me han hablado, muy bien por cierto, de vuestra iniciativa. La idea que me he hecho es que queréis actuar como interventores o auditores, no sé muy bien cómo llamaros… como profesionales autorizados para expedir certificados de calidad, tipo ISO. ¿Es correcto? No estoy seguro de haberlo entendido bien…
ACCD: No eres el único. Es muy habitual que nos veáis así, como auditores, como expertos que otorgamos sellos de calidad tras haber comprobado que todo funciona correctamente en una organización…
ORG: ¿Y no es así?
ACCD: Esto es lo que quería decirte. Nuestra labor parte de esta creencia básica: Nadie externo a una organización puede sugerir mejores ideas para perfeccionar una actividad que quien la está realizando.
ORG: Perdona, no entiendo nada. Creo que me lo han explicado mal. Pero entonces, en concreto, si somos nosotros los que sabemos cómo mejorar, ¿cuál es vuestra aportación?, ¿qué es lo que hacéis; qué tipo de auditoría realizáis?
ACCD: Si nos ponemos de acuerdo en lo que diferencia a un auditor de un asesor, podemos empezar a entendernos.
ORG: Te escucho.
ACCD: De un auditor se espera que sepa pronunciarse porque tiene conocimientos probados sobre cómo deben realizarse las actividades que audita. Y así, si juzga que todo se está haciendo bien, lo certificará mediante el correspondiente sello de calidad. Pero si no es así, no otorgará el certificado de calidad.
ORG: ¿Y lo que llamas un asesor?
ACCD: La labor de un asesor consiste en ayudarte a ti a que busques por un territorio (vuestra organización) que conoces mejor que nadie. El asesor te ayuda a buscar e identificar qué aspectos podrías mejorar de tu trabajo. Él te dirige en tu búsqueda, pero el que busca eres tú. Por eso somos imprescindibles ambos: los que conocéis el terreno (vosotros) y los que sabemos cómo buscar, nosotros, los asesores.
ORG: Con un ejemplo creo lo entendería mejor…
ACCD: El asesor os ayuda a identificar los objetivos prioritarios en los que el partido no puede cometer fallos si lo que queréis es, por ejemplo, aumentar el voto femenino, o mejorar la estructura de fuentes de financiación, o reformar la práctica democrática en determinados procesos internos, u optimizar la gestión de la agenda institucional, etcétera. Nuestra labor tiene sentido porque para la identificación de objetivos; para no confundir éstos con las actividades que es preciso realizar; para seleccionar los indicadores que te van diciendo como te estás acercando a tu objetivo o cuánto te estás alejando de él, para todo esto, te digo, se requiere método; no es suficiente con el sentido común, por muy fácil y llano que parezca el camino.
ORG: O sea, que vuestra labor consiste en…guiarnos, en acompañarnos…
ACCD: Bueno, sí, eso es. Nada más. Pero nada menos. Nuestro trabajo consiste en ayudaros a buscar pequeños incrementos de mejora en cada asunto que elijáis perfeccionar. Porque no se trata de introducir cambios bruscos, sino de mejorar poco a poco.
ORG: Vale, creo que ahora lo entiendo mejor, pero… ¿por qué nos iba a interesar pillarnos los dedos, valga la expresión, en algo que en realidad nadie nos está pidiendo? Porque la sociedad lo que nos pide –lo escuchamos todos los días– es acabar con la corrupción y mejores propuestas que nos permitan salir de la crisis.
ACCD: De acuerdo, es eso lo que os exigimos los ciudadanos: contra la corrupción, transparencia; contra la falta de propuestas, o propuestas equivocadas, ideas nuevas. De acuerdo…pero no sólo eso, créeme, no sólo eso.
ORG: ¿Tú crees? Dime, pues, qué más.
ACCD: Que demostréis que os importa la calidad organizativa de vuestras organizaciones. Que demostréis que habéis empezado a poneros objetivos de mejora en tal o cual parcela de vuestros partidos, sindicatos, casas, parlamentos, etc. Porque, de no hacerlo, os vamos a sacar tarjeta roja. Pero ¡ojo!, estas tarjetas no serán rojas porque incumpláis exigencias impuestas por la sociedad. No, ni mucho menos. Lo que indicará el color rojo de estas tarjetas es que aún no habéis decidido ser exigentes con vosotros mismos; tarjetas, o semáforos, o banderines, o el símbolo que aconsejen los expertos en semiótica visual. En cualquier caso, esto es lo que sabrá el ciudadano, de un vistazo, nada más descubrir, junto a vuestro logo, un indicativo rojo que denuncia vuestra falta de solidaridad, como se dice ahora, al no contribuir por iniciativa propia a la mejora de la calidad institucional del sistema democrático.
ORG: Creo que empiezo a entender vuestra propuesta. Sí, en esta hoja que me entregas, está muy bien resumido. Lo que no sé es cómo…pero bueno, eso lo podemos dejar para un segundo encuentro, ¿te parece?
ACCD: Con mucho gusto. Será un placer. Que propongas un segundo encuentro es una muy buena noticia.
Cordiales saludos,
Asociación por la Calidad y Cultura Democráticas
Buenos días, por fin encontré un momento tranquilo para poder leer con calma este diálogo sobre la Calidad Democrática.
He podido entender la labor que estáis llevando a cabo y encontrar un significado práctico a todo lo planteado, me queda la misma pregunta final de ORG, el «cómo», no he leído más entradas a ver si ya hubo un segundo encuentro (ahora investigo) pero si no lo ha habido ya, espero que sea muy pronto.
Me parece muy interesante y necesario que este proyecto salga adelante, por el bien de la cuidadanía en general.
Muchas gracias, un saludo,
M.Dolores