En favor de los partidos

El objetivo de la Asociación por la Calidad y Cultura Democráticas no son los colores, rojos o azules, sino la ciudadanía en tanto que copartícipe (concepto clave) de la situación política y económica.

Somos conscientes de que, en plena efervescencia de revueltas y protestas contra “el otro”, levantar la voz para, además, mirarse a sí mismo es un mensaje que se vende mal. Pero creemos en la mirada panorámica que abarca la crítica “al otro” y la mejora de “uno mismo”. Mirar con los dos ojos permite ver el relieve de las cosas y de los hechos. Mirar únicamente con cualesquiera de los dos, es una suerte de ceguera.

Es la forma en que todos hacemos política lo que está en el punto de mira de nuestra asociación, no los líderes y las instituciones, cuyos modelos y modales están fuera de época.

¿Acciones concretas?

Además de animar al diálogo en ccdemocraticas.net; además de reunir para y con la ciudadanía material pedagógico de calidad en materia democrática; además de abrir nuestro portal a otros movimientos que comparten nuestra mirada, además de todo ello, estamos trabajando en la elaboración del sistema de índices de calidad. Una tarea cuya EFM (Estructura de Fines y Medios) definimos así:

  • CÓMO y QUIÉN: El sistema debe desarrollarse vía social (crowdworking); de lo contrario, no será nada.
  • PARA QUÉ: El sistema debe construirse para permitir a los partidos políticos mejorar su operativa interna, pues de lo contrario seguirán produciendo programas electorales increíbles y alimentando políticos incapaces. Políticos que salen de entre nosotros, los ciudadanos.
  • Al mismo tiempo, la propia construcción social del sistema servirá PARA elevar los conocimientos y la participación de la ciudadanía en materia democrática lo que, a su vez, es condición sine qua non PARA alcanzar una sociedad más equitativa.

Si esta EFM puede encuadrarse dentro de los movimientos en favor de la “Transparencia” o si, por el contrario, es una idea que no cabe bajo dicho paraguas, es algo que no debe ocuparnos ni preocuparnos. Lo importante es compartir su necesidad y urgencia.

La ciudadanía exigirá a los partidos políticos, con tanta determinación como con capacidad organizativa, que se pongan en marcha y emprendan el camino de la mejora continua de sus procedimientos internos. Los partidos que desoigan esta exigencia, abandonarán toda posibilidad de evolución y entrarán sin remisión, como diría Arnold Toynbee, en fase de “petrificación” o bien de “desintegración” definitiva. Todo hace suponer que tal es el rumbo marcado por los partidos al uso, desde el PSOE a PP, pasando por IU o UPyD. Un fenómeno de suicido colectivo.

El diagnóstico realizado sobre este asunto por César Molinas y Elisa de la Nuez es impecable. Se puede escribir con caracteres más grandes, pero no con más claridad. El tratamiento que los autores proponen invoca a la sociedad civil. Correcto. Ahora bien, una nueva Ley de Partidos ¿provocará los cambios que exige la sociedad, o serán los cambios provocados por los movimientos sociales los que acaben modificando mentalidades y cambiando las leyes?

Saludos cordiales,

Asociación por la Calidad y Cultura Democráticas

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